Silviano Andreu y Natalia Clavero

● Esta es una de las conclusiones del próximo informe Ascendant, que analizará la madurez de la IA en las organizaciones y que Minsait acaba de anticipar en un evento abierto

● Este dato contrasta con la capacidad de la IA para multiplicar la productividad: Minsait estima que puede representar el 25% del PIB global en las dos próximas décadas, al automatizar tareas sofisticadas de análisis, decisión y creación que hasta hace bien poco estaban fuera del alcance de la tecnología

● La compañía de transformación digital ha presentado tres casos de uso de IA generativa centrados en análisis del sentimiento a través de la conversación, el uso de asistentes generativos y diversas aplicaciones para el reconocimiento visual

Menos de la mitad de las organizaciones han avanzado en la adopción de la IA y, las que lo han hecho, se han centrado en incrementar la eficacia y agilidad de los procesos operativos y en mejorar la experiencia del cliente.

Estas son algunas conclusiones preliminares del próximo informe Ascendant de Minsait, una compañía de Indra, cuya quinta edición será pública el próximo mes de marzo y pondrá el foco en el grado de adopción de la inteligencia artificial en empresas y Administraciones públicas, así como sus principales barreras y motivaciones.

Los datos acaban de hacerse públicos en un evento en abierto, donde la compañía de transformación digital ha presentado tres de los cientos de proyectos de IA en los que está trabajando. “Tres proyectos que escuchan, ven y hablan por nosotros”, ha explicado la directora global de IA en Minsait, Natalia Clavero.

El sistema avanzado de análisis del sentimiento y segmentación de personas a través de la conversación –la escucha– permite mejorar el servicio en los centros de atención al cliente porque “la inteligencia artificial generativa crea un resumen de las llamadas tras analizar el tono, la posible agresividad o los silencios”, información relevante para los teleoperadores en sucesivas llamadas, ha señalado Clavero.

El asistente generativo analiza documentos de distinta complejidad técnica en cuestión de segundos para resolver las dudas de los profesionales –transmitidas por voz– “sobre cambios regulatorios, comparativa de contratos… Su potencia es inmensa. Se puede subir informes, lanzarle preguntas sobre su contenido y obtener las respuestas deseadas, logrando que el día a día de los empleados sea más fácil”, ha asegurado la responsable de IA en Minsait.

El videoperitaje –la vista– tiene múltiples aplicaciones para diversos sectores de actividad. “Su presente y futuro pasa por generar la imagen perfecta y ser capaz de identificar daños, localizarlos, valorar el nivel de gravedad y estimar el coste de reparación. Ya sea en un coche, una instalación o en piezas milimétricas”, ha descrito Natalia Clavero.

Respecto a la implantación de la IA en las organizaciones, Clavero ha considerado que “las empresas tienen que vencer sus miedos y apostar por una inteligencia artificial ambiciosa midiendo su impacto y, sobre todo, vertebrándola en casos de negocio”. “Es crítico”, ha añadido, “que apostemos por un gobierno del conocimiento y una IA generativa escalable que permita medir el retorno de la inversión”.

Un impacto enorme en la productividad

Minsait estima que la inteligencia artificial va a protagonizar la siguiente gran ola de digitalización de los negocios y la sociedad. Su director de Estrategia e Innovación, Silviano Andreu, ha declarado hoy que la IA “apunta a un futuro de progreso y crecimiento, pues llevará a otro nivel las actividades de conocimiento basadas en la información, impulsará la automatización de las operaciones físicas con tecnologías IoT y abrirá un nuevo espacio de aplicación en el ámbito de los servicios profesionales de mayor creatividad y valor añadido, como el diseño de productos, la ingeniería o el asesoramiento”.

“La IA no va a sustituir al ser humano, si no que se va a configurar como una herramienta complementaria del razonamiento humano”, ha asegurado, “multiplicando las capacidades de individuos, empresas y organizaciones. Este impacto en la capacidad productiva puede representar el 25% del PIB global en las próximas dos décadas, al automatizar tareas sofisticadas de análisis, decisión y creación que hasta hace bien poco no estaban al alcance de la tecnología”.

El directivo ha añadido que, como cualquier revolución o disrupción, no está exenta de riesgos y hay que ser proactivos a la hora de identificarlos y gobernarlos, generando modelos regulados, responsables y éticos.

El éxito de las compañías “residirá en la gestión y puesta en valor del conocimiento interno -los datos- y en el refuerzo del talento y de las relaciones con socios especializados”, ha defendido el directivo de una compañía “con capacidades diferenciales en la vertiente de data y la integración de soluciones IA”.