La pandemia también cambió los riesgos que amenazan a las empresas. Ahora, los ataques de orden tecnológico, financiero y profesional son más comunes y crecientes, conllevando pérdidas económicas inimaginables.


“Antes, la preocupación estaba centrada únicamente en proteger el patrimonio y otros activos fijos como equipos y maquinaria, sin embargo, la dinámica empresarial actual exige la protección de la información frente al incremento de ciberataques a empresas de todo nivel. 

De igual manera, la protección a altos ejecutivos y sus decisiones financieras es otra de las tendencias de aseguramiento en aumento debido a los constantes casos de corrupción y denuncias a nivel público y privado”, explica Natalia Negret, Gerente de Casualty y Líneas Financieras de AIG-Metropolitana.

En este contexto, entender cómo ha cambiado su perfil de riesgos es clave para la supervivencia de las empresas. También es fundamental que conozcan cómo enfrentar estos nuevos desafíos, considerando que son amenazas inminentes para cualquier tipo de organización, sin importar su tamaño y origen.

A continuación, los 3 riesgos empresariales que más afectan a las empresas tras la pandemia:


Ciberataques:

La alta dependencia tecnológica de las empresas, producto de la aceleración digital que produjo el COVID-19, ha generado, a su vez, una alta exposición de datos sensibles. De ahí que, en los últimos años se han incrementado los ataques cibernéticos a organizaciones de todo tipo, sobre todo relacionados a los sectores de finanzas, tecnología y áreas estratégicas como telecomunicaciones, salud y energía.


La vulneración de los datos, además se ha convertido en uno de los riesgos que más pérdidas económicas genera, ya que los diferentes ataques demandan ingentes cantidades de dinero, no solo para detectar a tiempo los ataques sino para contenerlos. 

“El secuestro de la información es el ataque más frecuente en la actualidad, demandando sumas de dinero impensables para recuperarla. Es por ello que, las empresas le están prestando más atención a sus áreas de tecnología, han pasado de ser vistas como un tema de soporte para ocupar una silla importante dentro de los consejos directivos”, añade la Gerente de Casualty y Líneas Financieras de AIG-Metropolitana.

Las leyes de protección de datos también han aportado para que las empresas tengan mayor cultura de aseguramiento a nivel de protección de la información, ya que tienen más claro la exposición a este riesgo y sus repercusiones.

Con esta tendencia, el mercado de seguros también ha experimentado cambios. De acuerdo con cifras de AIG-Metropolitana, hace tres años, las compañías no estaban tan listas como ahora. Antes no se invertía tanto en productos para protegerse de ataques cibernéticos, pero ahora están conscientes de que este riesgo puede generar varios problemas graves que van desde la pérdida de negocios, hasta la paralización del mismo por falta de acceso a los sistemas o el pago de extorsiones, por mencionar algunos escenarios. 

Esta realidad, por ejemplo, ha incrementado en más del 50% las solicitudes de cotización en relación al año anterior en la empresa.


Denuncias por casos de corrupción:

Otra tendencia creciente en el mundo es la explosión de casos de corrupción a nivel de empresas públicas y privadas. Situación que ha llamado mucho la atención en la región, ya que los ejecutivos entendieron que pueden ser vinculados con su gestión y sus bienes, ya que muchos de estos procesos terminan con el reclamo del patrimonio personal de los involucrados.

Este riesgo no aplica solo a ejecutivos locales, ya que existen varias empresas con inversionistas extranjeros, lo que también genera una alta exposición a este tipo de ejecutivos. De ahí que también ha crecido la demanda de seguros de protección a las decisiones de los directivos y sus bienes. En el caso de AIG-Metropolitana, su producto “Directores y Administradores”, creado para proteger el patrimonio de los directores y administradores de la misma, aumentó un 25% en el último año en el mercado ecuatoriano.

Demandas por mala práctica profesional:

Las pólizas de Responsabilidad Civil Profesional también registran un crecimiento importante, ya que ahora son más frecuentes los mecanismos de denuncia social frente a inconformidades derivadas de un servicio profesional contratado.

Debido a que este ramo está diseñado para proteger el patrimonio del asegurado, frente a las reclamaciones que se deriven del ejercicio de su profesión, incluyendo los gastos de defensa en que incurra en esos procesos; ha tenido gran acogida, sobre todo en áreas técnicas como legal, ingeniería, arquitectura y en proyectos específicos.

En profesiones, la tendencia más común es la requisición contractual. “Se entendió que los proveedores de diferentes servicios profesionales pueden ofrecer pólizas de protección, ya que es una herramienta que ayuda a tener una mejor gestión de riesgos y por ende de ceder estos riesgos”, concluye la ejecutiva de AIG.