Según el Informe sobre Economía Digital de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), la economía digital representa entre el 4,5% y el 15,5% del del PIB mundial. El rápido crecimiento de la tecnología ha transformado muchas actividades económicas y sociales, y a su vez crea nuevas oportunidades. Por otro lado, la brecha digital amenaza con dejar a los países en desarrollo aún más atrás. Para redefinir las estrategias del avance digital y las futuras innovaciones de la globalización es necesario adoptar las nuevas tecnologías, mejorar la cooperación y aumentar el liderazgo intelectual.
La economía digital necesita bases fuertes, sin embargo, muchos países no cuentan con los recursos y fondos suficientes, por lo que es importante priorizar las áreas en las cuales enfocarse. En ese sentido, Huawei Technologies presenta en su libro ‘Think differently. Think archetype. Your digital economy model’ los puntos clave para lograr potenciar la digitalización y promover estrategias de economía digital universal.
La transformación digital es el nuevo motor del crecimiento económico. En la actualidad, se estima que la economía digital es de 11,5 billones de dólares, es decir, el 15,5% del PIB mundial, el 18,4% del PIB en las economías desarrolladas y el 10% en las economías en desarrollo. El cálculo incluye la contribución de las industrias tradicionalmente digitales, las cuales están constantemente innovando para enfrentar los retos actuales en un mundo competitivo, creciente e interconectado.
No es nuevo que el potencial de la transformación digital sólo se alcanza cuando las industrias, los consumidores y la sociedad en general aprovechan eficazmente de la tecnología. Si los gobiernos quieren aprovechar la capacidad de la tecnología digital, tienen que poner en marcha políticas adecuadas y elegir correctamente sus prioridades. Sin embargo, el valor de estas acciones recae en su exitosa implementación.
El reporte señala que la comunicación eficaz, la negociación constructiva y la cooperación entre las partes interesadas durante el proceso de aplicación de la digitalización son cruciales. De igual forma, la secuencia de los procesos y su orientación deben ser bien planificados, por ejemplo, realizar primero los procedimientos que sean necesarios para la implementación de otros es importante para lograr el desarrollo progresivo de la digitalización y sus políticas. En ese sentido, es necesario identificar también la cantidad de gasto o inversión requerida para esta transición y con ello las fuentes de financiamiento posibles, junto a un calendario de aplicación con objetivos claros para supervisar el progreso satisfactorio.
La transición a la economía digital sin duda impulsará la competitividad en todas las industrias y traerá consigo nuevas oportunidades para las empresas. Su aplicación proporciona nuevas herramientas y facilita la transferencia de conocimientos para hacer frente al desarrollo de los países y los diferentes problemas sociales. Los autores recomiendan a las naciones maximizar los beneficios de la de la digitalización y ser visionarios de la economía digital a largo plazo para sentar las bases de futuras
transiciones.