La crisis sanitaria causada por la COVID-19 ha provocado que el sector de la salud adapte sus modelos sanitarios a las necesidades actuales y futuras, donde la tecnología desempeña un rol fundamental para mejorar la calidad de los servicios ofrecidos a pacientes, así como, para el desarrollo de herramientas de diagnóstico y tratamientos cada vez más precisos y eficaces.
La tecnología lidera la recuperación de la economía y ayuda a las industrias a superar la pandemia. El 5G es una de las protagonistas en este proceso, seguidas de otras tecnologías emergentes como la Inteligencia Artificial, Internet de las Cosas, Cloud, Big Data, aplicadas en la educación a distancia, teletrabajo o la telemedicina, que está creciendo exponencialmente.
Para Huawei, empresa líder en telecomunicaciones, la tecnología constituye un factor clave para tratar y detener la propagación del coronavirus en el mundo, pero ¿cómo lo está logrando? La aplicación de la tecnología durante la pandemia ha sido diversa, desde aplicaciones móviles hasta el uso de Big Data para el procesamiento de millones de datos, su desarrollo se enfocó en la prevención, diagnóstico y tratamiento del virus. Algunas de las principales innovaciones tecnológicas que han impulsado cambios en el sistema de salud son:
Internet de las Cosas (IoT): la esencia del IoT es la percepción, adquisición y transmisión de datos, que se pueden percibir y adquirir a través de dispositivos inteligentes, dispositivos de monitoreo y terminales con sensores integrados. Varios países han utilizado esta tecnología combinada con GPS para rastrear el movimiento de las personas que permanecen bajo observación o cuarentena, el uso de robots autónomos para la limpieza y desinfección de las áreas destinadas a tratar el virus en los hospitales o para realizar diagnósticos básicos, disminuyendo el riesgo de infección en el personal médico.
Inteligencia Artificial (IA): una de las tecnologías que ha logrado grandes avances en el campo de la medicina, sobre todo en el tratamiento y diagnóstico del coronavirus. Ecuador, por ejemplo, fue uno de los primeros países en Latinoamérica en contar con el Sistema Auxiliar de Diagnóstico del Covid-19, basado en Huawei Cloud en combinación con Inteligencia Artificial, que fue aplicado en el Hospital General del Norte de Guayaquil Los Ceibos y en el Hospital General del Sur de Quito. Esta solución permite diagnosticar más de 3.000 casos sospechosos al mes, mediante una tomografía de los pulmones, que permite al personal médico obtener un diagnóstico rápido en menos de un minuto.
Big Data: se ha convertido tanto en un medio de producción como en un extraordinario recurso para las empresas de todo el mundo. Ha transformado drásticamente el entorno de seguridad, así como el económico y el social. Su impacto en el campo de la salud y mitigación del COVID-19 ha sido uno de los más significativos, ya que mejora la recopilación, análisis y el aprovechamiento de la información de pacientes, facilitando el seguimiento de enfermedades y mejorando la eficiencia y personalización en la atención.
Tecnología 5G: todas las tecnologías mencionadas anteriormente se basan en una red de internet estable, asequible y de alta velocidad, como lo es el 5G. De acuerdo al informe “The Global Economic Impact of 5G”, elaborado por PwC, menciona que, el despliegue de 5G supondrá una mejora de la eficiencia y de la productividad que impulsará el PIB mundial en 1,3 billones de dólares en 2030, y el sector de salud será el que más se beneficie de esta tecnología. Actualmente, en países donde ya esta implementada, la red 5G contribuye al desarrollo de la telemedicina, reducción de la duración de las estancias hospitalarias, optimización de interacciones entre médicos y pacientes a través de plataformas móviles de salud, vigilancia de etapas de confinamiento a través de drones, etc., haciendo que el sector de la salud sea más eficiente y productivo.
En el mundo postpandémico la aplicación de estas tecnologías y nuevas infraestructuras digitales serán imprescindibles para garantizar la calidad asistencial y la eficiencia de procesos en los sistemas sanitarios de cada país.